jueves, 16 de mayo de 2013

Un poco de Historia - Museo Nacional de Bellas Artes

Con motivos del centenario del MNBA, se realizó una retrospectiva fotográfica de la evolución de este orgullo Argentino.


Compartimos con ustedes este precioso material:


Fachada del MNBA, diciembre 2007.


Menú de la cena de inauguración con ilustraciones de Augusto Ballerini, Ángel Della Valle, Ernesto de la Cárcova y  Eduardo Sívori.


Cuadro celebratorio de la inauguración del Museo Nacional de Bellas Artes con poema escrito por Rubén Darío e ilustraciones de Augusto Ballerini.
-El MNBA abrió sus puertas en la Navidad de 1896. Fue el primer museo de artes del país. Su creación significó un paso decisivo en el proceso de formación de las instituciones artísticas.


Eduardo Schiaffino.
Colección María Emilsen Schiaffino.
-El artista y crítico Eduardo Schiaffino fue uno de los principales promotores del proyecto para la creación del Museo Nacional de Bellas Artes y su primer director (1896-1910).






Salas del museo en el edificio del Bon Marché, en la calle Florida 783.

-En este edificio (actualmente Galerías Pacífico) funcionó el MNBA en sus primeros años.
-Las obras colgadas a diferentes alturas responden a la forma característica de montaje del siglo XIX.
-Muchas de las obras expuestas en el Bon Marché pueden verse hoy en el museo, entre ellas La sopa de los pobres de Reynaldo Giudice y La vuelta del Malón de Ángel Della Valle (sala de pintura y escultura argentina-  fines del siglo XIX,  primer piso).


Público en las salas del museo en el edificio del Bon Marché.
Archivo General de la Nación, Dto. Doc. fotográficos.




Pabellón Argentino. Segunda sede del MNBA. Vista exterior.
Colección Museo de la Ciudad.
-Esta estructura fue erigida en París para la Exposición Universal de 1889, el mismo evento para el cual se construyó la Tour Eiffel. A fines de siglo XIX  fue desmontado y transportado a Buenos Aires, a la actual plaza San Martín. Albergó la Exposición Internacional del Centenario en 1910 y a partir de 1911 funcionó como sede del museo.


Detalle del vitral del Pabellón Argentino.
Puede leerse la dedicatoria de la República Francesa a la participación argentina en la Exposición Universal de 1889 realizada en París. Colección Museo de la Ciudad.




Detalle del vitral del Pabellón Argentino.
Puede leerse la dedicatoria de la República Francesa a la participación argentina en la Exposición Universal de 1889 realizada en París. Colección Museo de la Ciudad.



Pabellón Argentino. Vista de sala. En el salón de esculturas se encontraba  la colección de calcos adquirida en Europa por Eduardo Schiaffino en 1906.  Éstas pertenecen hoy al Museo de Calcos de la Escuela de Bellas Artes de la Cárcova.
Archivo General de la Nación, Dto. Doc. fotográficos.





Pabellón Argentino. Vista interior.
Archivo General de la Nación, Dto. Doc. fotográficos.

Pabellón Argentino. Vista de sala. Entre otras obras se distinguen  La vuelta del Malón, de Ángel Della Valle y Sin Pan y sin trabajo, de Ernesto de la Cárcova.
Archivo General de la Nación, Dto. Doc. fotográficos.




Fachada del MNBA en la década del ’30.
Archivo General de la Nación, Dto. Doc. fotográficos.
-En 1933 el museo se trasladó a su sede definitiva, ubicada en el 2273 de la Av. Alvear, hoy Av. del Libertador 1473. El edificio,  una antigua Casa de Bombas de Obras Sanitarias fue remodelado por el Arq. Alejandro Bustillo.


Interior del museo en 1934. Salón de esculturas.
Cediap.


Interior del museo en 1934. Salón de esculturas. En primer plano, Los primeros funerales de Louis Ernest Barrias y detrás, El beso de Auguste Rodin. Esta última fue obsequio del artista francés al museo luego de que Eduardo Schiaffino adquiriera el mármol La tierra y la luna en 1906. Todas ellas se encuentran hoy exhibidas en el salón central de planta baja.





Interior del museo en 1934. Salas Planta baja. Salas Planta alta. -  Exposición de Fernando Fader. En 1935, tras la muerte del artista la Dirección Nacional de Bellas Artes dispuso una muestra de homenaje en el museo.







  
Remodelación del edificio llevada adelante por la Dirección Nacional de Arquitectura en 1942. Las obras incluyeron la realización de un nuevo subsuelo destinado a depósito, dependencias para los talleres de fotografía y restauración y nuevas salas de exposición.

Interior de la biblioteca en la década del ’40.
-La biblioteca comenzó a formarse en el mismo momento en el que se funda el museo.

Donada en 1938, la Colección Guerrico tenía una sala dedicada a su exhibición.

La colección de arte argentino en la década del ’40. Pueden verse Sin Pan y sin trabajo de Ernesto de la Cárcova, adquirido por el museo en 1906; El despertar de la criada, de Eduardo Sívori, expuesto en el salón de París de 1887 y Abel, de Lucio Correa Morales. Todas ellas se encuentran hoy exhibidas en la sala de pintura y escultura argentina - fines del siglo XIX, primer piso.

La colección de arte argentino en la década del ’40.







 La colección de arte europeo en la década del ´40. En el centro, El beso de Aguste Rodin. Detrás, La ninfa sorprendida, de Édouard Manet.

La colección de arte europeo en la década del ´40.

Inauguración de Exposición de las 2 revoluciones, el 17 de octubre de 1950. Juan Zocchi, director del museo entre 1944 y 1955, ofrece el discurso de apertura.

En septiembre de  1955, durante la  Revolución Libertadora el museo estuvo ocupado por el Regimiento n°1 de Infantería Motorizada. Tras la remodelación de algunas de sus salas, reabrió sus puertas ofreciendo tres exposiciones. Una de ellas Oleos y grabados Goya.  





Juan Corradini explica a sus colaboradoras Silvia Ambrosini y Ana María Durand.

-Desde 1956 el empuje modernizador de Jorge Romero Brest (director del museo hasta  1963) se aprecia en los criterios museográficos innovadores, como por ejemplo exponer el arte nacional junto con obras internacionales.

Diseño del montaje de las salas a fines de los años ´50. Sala con obras de Prilidiano Pueyrredón. Con intención didáctica, al  colocar dos sillas de época flanqueando el Retrato de Manuelita Rosas, Jorge Romero Brest  apuntaba a situar la obra en su contexto.

Diseño del montaje de las salas a fines de los años ´50. Sala de retratos.

La ninfa sorprendida, de Édouard Manet  al ingreso de las salas del impresionismo argentino. Esta obra fue adquirida para el museo por la Comisión Nacional de Bellas Artes en 1914. Pieza clave del patrimonio, estuvo siempre en exposición.








Exposición Ben Nicholson y los jóvenes escultores ingleses, en 1958.

Exposición 150 años de arte argentino, en 1960. Como parte de las celebraciones por el sesquicentenario de la Revolución de Mayo, el museo presentó un panorama de la producción artística nacional. Para esta ocasión se construyó el pabellón anexo, que luego pasó a formar parte integral del MNBA.

Paseo exterior del Pabellón de exposiciones temporarias.

Interior de la exposición 150 años de arte argentino.






Presentación de la Colección Torcuato Di Tella, en 1960.
Diario La Nación.
-El Centro de Artes Visuales del Instituto Di Tella desarrolló sus actividades en el museo hasta su traslado a la calle Florida 940 en el año 1963.

Pabellón anexo del museo. Premio Di Tella de 1962.

Jorge Romero Brest y el teórico Giulio Carlo Argan,  miembros del jurado  del  Premio Di Tella.







El gabinete de estampas, creado en 1963, fue la materialización de un proyecto que Jorge Romero Brest impulsó durante su gestión. Estaba destinado a conservar, exponer y facilitar la consulta de grabados y dibujos.
Diario La Nación.

La llegada de obra para la exposición De Cézanne a Miró muestra la trastienda de una de las exposiciones más recordadas de la historia del museo. Organizada en colaboración con el Museo de Arte Moderno de Nueva York, fue parte del programa de exposiciones temporarias desarrollado por Samuel Oliver, director del museo entre 1963 y 1976.
Diario La Nación.

Inauguración de la muestra De Cézanne a Miró en 1968.













Exposición Bauhaus en 1970. Esta muestra ocupó la totalidad del espacio de exhibición del museo y despertó un enorme interés en el público. Una vez  finalizada se iniciaron las obras de ampliación del museo en base al proyecto de su director, el Arq. Samuel Oliver.

Montaje exposición Bauhaus.





Diseño de montaje de las salas a fines de la década del ´70.
-Luego de prolongadas obras de ampliación, en 1978 se reinauguran las salas de planta baja. En varias de ellas se encontraban reunidos el arte argentino e internacional. En el salón central, pinturas y esculturas de fines del siglo XIX intentaban reconstruir el espíritu de los salones parisinos. Allí se encontraban varias obras que habían participado en ellos. Algunas, como El despertar de la criada del argentino Eduardo Sívori, también habían sido premiadas.





En los años ´70, importantes donaciones enriquecieron el patrimonio del museo, entre ellas las de Di Tella , Santamarina, Gonzalez Garaño . En 1979 la exposición Donaciones recientes reunió éstas y otras incorporaciones.






Obras de ampliación en el primer piso para la construcción de la sala mayor de exposiciones a principios de los años ’80.

Salas de arte argentino e internacional en 1980. Con este montaje de la colección diseñado por Samuel Paz, se inauguró el nuevo espacio. Actualmente allí se encuentra exhibida la colección de arte nacional del siglo XX.






Vistas de la terraza del segundo piso, inaugurado en 1983.

Destinada a patio de esculturas, albergó distintas obras a lo largo de los años. Aquí, Figura reclinada, formas externas, de Henry Moore (hoy en la sala Di Tella de planta baja).
Diario La Nación

En 1984, tres años después de la muerte de Antonio Berni el museo organizó la primera retrospectiva del artista. La llegada de obra al MNBA. En primer plano Manifestación.  

Marta Nanni, curadora de la exposición y Guillermo Whitelow, director del museo entre 1983 y 1985, reciben las obras en la entrada del edificio.















Sala con guión curatorial de Martha Nanni en 1987,  un diseño que adaptaba  los espacios a innovadores criterios museográficos.

En 1992 Marcelo Pacheco diseñó las salas de arte argentino entre 1820 y 1970. Su propuesta separaba al arte argentino del internacional, tomando distancia de la línea impulsada por Jorge Romero Brest desde los años ‘50.

Salas de exposición permanente en la década del ´90.

-Durante la década del ’90, la dirección del museo se impuso como prioridad incrementar el número de visitantes. Con ese objetivo, se organizaron exposiciones  de artistas que fueran conocidos por el gran público.
Exposición de Marta Minujin, en 1999.










El público espera para ingresar a la Retrospectiva de Antonio Berni, en 1997.


Salas de arte argentino del siglo XX.
-Desde 2005 la colección permanente del museo exhibe un panorama exhaustivo del arte argentino de los siglos XIX y XX en base a un nuevo guión curatorial a cargo de María José Herrera.

Sala de arte argentino del siglo XIX.

Salas de arte internacional rediseñadas en 2004. 

En el año 2005, se inaugura la primera sala de arte precolombino en un museo argentino de arte.














 Las dos caras del museo. La trastienda y el público.

Cronología:



* El material utilizado para esta exposición se relevó en los siguientes archivos:

-en el MNBA:
Biblioteca, Departamento de Conservación y Restauración,
Departamento de Investigación (archivos curatoriales), Departamento de Fotografía (archivo fotográfico).

-archivos externos:
Archivo General de la Nación (Dto. Doc. fotográficos),  Biblioteca Manuel Gálvez, Centro de documentación e investigación de la arquitectura pública, Colección María Emilsen Schiaffino, Diario La Nación, Museo de la Ciudad.



NUEVO RÉCORD DE SUBASTAS - MAYO 2013

Siguen los Récords de Subastas con obras de Post Guerra.

Una subasta de arte contemporáneo de la casa Christie's en Nueva York obtuvo una cifra de casi US$ 500 millones. 

Se trata de la mayor jamás obtenida en un remate de este tipo e incluye una obra de Jackson Pollock vendida en US$ 58,4 millones.


Christie's señaló que la venta alcanzó un "asombroso" total de US$ 495,02 millones y que un 94% de los lotes ofrecidos encontraron comprador.

 Nueve obras fueron vendidas por más de diez millones de dólares y otras 23 superaron los cinco millones.
No sólo se trata de la mayor suma recaudada por una subasta de arte contemporáneo en Christie's, sino también de la mayor realizada en el mundo, señaló la empresa. Es "la mayor suma alcanzada en la historia de las subastas", señaló Brett Gorvy, presidente y director internacional de arte de post-guerra y contemporáneo en Christie's.

"Los precios récord establecidos reflejan una nueva era en el mercado del arte, en el que coleccionistas experimentados y nuevos oferentes compiten al más alto nivel dentro de un mercado global", añadió Gorvy. Una pintura de Jackson Pollock realizada en la cumbre de la creatividad del artista estadounidense fue vendida por un precio récord de 58,4 millones de dólares, superando ampliamente su precio estimado.


La obra "Number 19, 1948"...


... típica del estilo de pintura de goteo que caracteriza a Pollock, conforma una brillante mezcla de plateado, negro, blanco, rojo y verde. Se estimaba que la pintura se vendiera en 25 a 35 millones de dólares, pero trepó para establecer un nuevo récord en una subasta para el artista, cuyas pinturas supuestamente se vendieron por mucho más dinero en acuerdos privados sin confirmar.

Otras ventas exuberantes pautaron la subasta de arte contemporáneo en Christie's en Manhattan: 

"Dustheads" de Jean Michel Basquiat alcanzó los 48,8 millones de dólares, mucho más allá de la estimación previa de 25 a 35 millones y un nuevo récord en un remate para una obra de este pintor estadounidense.
La obra "Woman with flowered hat" de la figura del arte pop Roy Lichtenstein, alcanzó los 56,1 millones de dólares, representando igualmente el mayor precio pagado por una obra de este artista. Se trata de un trabajo inusual dentro de la obra de Lichtenstein, quien se ha hecho conocido por sus pinturas que imitan el estilo de las tiras cómicas, aunque en esta obra utilizó su estilo meticuloso para parodiar el cubismo de Picasso.


El mayor precio pagado hasta ahora por una obra de Lichtenstein había sido de 44,9 millones de dólares millones, una cifra alcanzada el año pasado.

fuente: http://www.elpais.com.uy

viernes, 10 de mayo de 2013

EXPOSICIONES: Artistas vinculados a la Página

En la galería de ArteSolVictoria, se lleva adelante la muestra

 de Arte "ESCAPATE AL ARTE".



Coordinado por la productora Artaca, desde la página hemos contribuido a esta muestra con el envío de obra del artista TADEO PHILLIPS.






Evento declarado de Interés Turístico Cultural de la Municipalidad de Victoria.



Hasta el 7 de Junio en Victoria, Entre Ríos.

COLECCIONISMO Y MERCADO



Arte: nuevos modos de coleccionar

Lejos de acumular obras por especulación o prestigio, los coleccionistas del siglo XXI se hacen amigos de los artistas, devienen mecenas e impulsan proyectos para la promoción y circulación del arte contemporáneo argentino. A pocas semanas de la 22a edición de arteBA, centro neurálgico de ventas, historias de una pasión sin retorno

Por Delfina Helguera | Para LA NACION

Navone establece afinidades entre sus elecciones: cuelga las obras de manera que dialoguen entre sí.. Foto: Gentileza Guillermo Navone


GUILLERMO NAVONE. "AYUDAR A QUE LAS COSAS PASEN"

El apoyo a los artistas es fundamental para este coleccionista que comenzó comprando un cuadro de Molina Campos y en una década sumó más de 200 obras

A los 24 años, Guillermo Navone, "Willy", trabajaba en Nueva York, dedicado a las finanzas, y extrañaba la Argentina. Esa carencia lo llevó al arte: se encontró frente a un cuadro de Molina Campos en lo de un amigo y quiso tener uno, como si ese gesto lo acercara a su tierra.

El destino también lo acercó a Diego Gradowczyk, hijo del coleccionista, que le aconsejó comprar obras de artistas contemporáneos. "Esto es adictivo; no hay vuelta atrás", le advirtió.

Compró El buen paisano, de Molina Campos, y durante un viaje a Buenos Aires en 2004 comenzó a explorar el mundo del arte contemporáneo local. La primera compra, luego de consultar a su consejero, fue una obra de Marina De Caro. "Creo que está bueno tener a alguien que te asesore, que te frene y te ayude a pensar", opina.

Ahora tiene aproximadamente 200 obras, desde el Molina Campos hasta Duville, Siquier, Ferrari, Adriana Bustos, unos luminosos Sakai de la época pop, Londaibere, Marcos López, Schoijett, Carlos Huffmann, Máximo Pedraza, Ballesteros, Eduardo Basualdo, Florencia Rodríguez Giles, Luis Terán, Gómez Canle, Diego Vergara y Sandro Pereira, por nombrar algunos.

Navone establece afinidades entre sus elecciones: un Aizenberg geométrico dialoga con una témpera de su maestro Batlle Planas, con un vidrio de Lucio Dorr y unos paisajes con guiños a la historia del arte de Max Gómez Canle que se apoyan en la chimenea; un paisano de Pablo Suárez mira a otro paisano de Molina Campos.

"Hay muchas maneras de coleccionar, y las respeto -dice-. A mí me gusta involucrarme, ayudar a que las cosas pasen. Para mí, las colecciones hechas desde el sentimiento, apoyando desde la cercanía con los artistas, son mucho más valiosas."

Es raro que venda algo, porque las obras se convierten en parte de su vida. "Prefiero que lleguen a casa con una anécdota; eso les da un valor afectivo."

Desde lo institucional, Navone apoya el Programa de Artistas de la Universidad Di Tella y el Programa de Adquisiciones de Malba. "No me gusta definirme como coleccionista -aclara- sino como un comprador de arte. Me da más libertad."
JOSÉ LORENZO: "NO PODRÍA VIVIR SIN EL ARTE"

Lorenzo se asesora para hacer crecer su colección.. Foto: Gentileza José Lorenzo



Una invitación de arteBA cambió la mirada del arquitecto cordobés, que pasó, sin escalas, de la pintura tradicional al arte contemporáneo, con el foco puesto en la fotografía

José Lorenzo es un arquitecto cordobés que comenzó su relación con el arte a través de la pintura tradicional de fines del siglo XIX y del XX; reunía paisajes y escenas campestres hasta que, en 2005, arteBA Fundación lo invitó a un programa para coleccionistas en Buenos Aires. A la vuelta de esa experiencia intensa, que le permitió recorrer colecciones y asistir a charlas, vio con otros ojos lo que tenía colgado en su casa. Ese arte era de otro tiempo, que no era el suyo.

Decidió comenzar a relacionarse con el arte contemporáneo. Al principio con los artistas cordobeses presentes en la feria arteBA, como Adriana Bustos, Ananké Assef y Hugo Aveta -todos fotógrafos-, luego con artistas más jóvenes.

Cuñado de un gran dibujante, Fernando Allievi, decidió pedirle consejo para que lo ayudara a decidir sus compras. En 2008 conoció a Gabriel Valansi, ganador del premio Roggio de ese año, cuando asistió a la primera clínica de coleccionismo en Córdoba, y lo sumó a su equipo de trabajo.

Hoy, Valansi lo asesora en el tema fotografía y Allievi en pintura y dibujo. "Es un brain-storming continuo", explica Lorenzo sobre su relación con sus asesores, devenidos amigos

familia. "Es un diálogo enriquecedor entre las partes, una tarea de investigación entre los tres", explica.

Define su gusto como "ecléctico" y no le preocupa que los artistas sean contemporáneos; aún conserva sus primeros paisajes en el comedor diario de su casa.

"No tengo una obsesión por tal obra o tal artista; siempre compro obras con las que puedo convivir." Su casa se ha convertido en el centro de reuniones entre la gente ligada al arte; sus puertas están abiertas a recibir y alojar a artistas, curadores, aquellos entusiastas como él.

"No podría vivir sin el arte. No le veo límites por ahora -dice con tonada cordobesa-. Coleccionar generó algo en mí tan lindo, tan renovador."

En pocos años, esta experiencia revolucionó su entorno: la colección estuvo colgada en el Palacio Ferreyra y, junto con Valansi, organiza en Córdoba encuentros con artistas y referentes invitados. Es vicepresidente de la Asociación Amigos del Museo Caraffa y de la Fundación Proarte Córdoba, que gestiona becas y ayuda para artistas, no sólo del ámbito de las artes visuales.

"Si ser referente sirve para que la gente se interese y se involucre más, me encanta. Yo no saco rédito personal, lo disfruto."

ESTEBAN TEDESCO: "ES UN MUNDO MUY CHICO"

 
En la casa de Tedesco hay obras del piso al techo.. Foto: Eduardo Carrera / AFV



Médico cirujano y comprador compulsivo, se hizo muy amigo de artistas y galeristas. Sueña con abrir al público su enorme colección, que ofrece en préstamo para muestras

Esteban Tedesco vive rodeado de obras de arte, literalmente. Del piso al techo, de izquierda a derecha, las piezas contemporáneas conviven con su colección de opalinas y cerámicas haciendo un mix personalísimo.

Nadie puede quedar indiferente ante el despliegue barroco de obras de Siquier, Hasper, Ballesteros, Macchi, Ana Gallardo, Millán, Bianchi, Villar Rojas. Rotan, cambian de lugar, y muchas están almacenadas en depósitos o en lo de sus sobrinos.

Tedesco es médico. El padre de un compañero suyo de la facultad era amigo de artistas; así empezó a frecuentar exposiciones y a comprar paisajes de pintores consagrados. Ya en los años 80 tenía obras contemporáneas y, cerca de los años 90 se produjo un cambio.

No sólo compraba, sino que también, de tanto frecuentar los ámbitos de exposición, se fue haciendo amigo de los artistas y esto derivó en una suerte de familia extendida. Navidades, fiestas de fin de año, encuentros más allá de la relación comercial llevaron a que Tedesco fuera un posibilitador de proyectos.

Nunca compró asesorado, siempre lo guio su intuición, y compró muchas obras a los propios artistas. De Ana Gallardo y Ernesto Ballesteros, por ejemplo, tiene decenas. Como conoce a los artistas y sabe lo que están produciendo, es lógico que llegue antes de la exhibición. Sin embargo, es muy respetuoso de la relación artista-galerista.

"Puedo comprarle al artista pero siempre con el consentimiento de la galería. En ese sentido, soy extremadamente claro -explica, y agrega: -Es un mundo muy chico, y con muchos de los galeristas somos íntimos amigos."

Su casa cambia. "Casi todo lo que es de gran formato no está acá, porque no entra", explica. También presta obras para exhibiciones -acaba de recuperar un Siquier que estuvo dando vueltas por el país- e incluso a sus amigos. "El problema es cuando les pido que me devuelvan la obra", bromea.

"De los años 2000 adoro a Villar Rojas, Accinelli y Duville; también me gustan mucho los artistas de Misiones, como Andrés Paredes, Mónica Millán y Mauro Koliva, que no tienen nada que ver con los otros."

Sus intereses son enormes. En fotografía, Marcos López, Grosman, Erlich, Gian Paolo Minelli, Rosana Schoijett, Santiago Porter, Ignacio Iasparra; esculturas de Nicola Costantino, Elba Bairon y Mónica Girón, videos de artistas como Jorge Macchi. Más allá de su apoyo a los artistas amigos, participa en la Asociación Amigos del Centro Cultural Recoleta.

Actualmente está pensando en conseguir un lugar donde toda la colección pueda estar colgada y accesible al público, con exposiciones temporarias y la visión de diferentes curadores. "Es una lástima que la gente no la vea; ni siquiera yo veo obras que compré hace años", confiesa.

GUSTAVO BRUZZONE: "UN PEDACITO DE HISTORIA"

 
Bruzzone y su departamento con ambientes temáticos. Foto: Oliver Kornblihtt / AFV



Hace veinte años, cuando aún no era juez, inició lo que se convertiría en el acervo más completo de arte argentino de los años 90, con acento en los "artistas del Rojas"

Todo comenzó con una tinta china de Alberto Greco que compró en la galería Jacques Martínez en los tempranos años 90. Todavía la tiene. En 1993 o 1994, entonces secretario de juzgado, Gustavo Bruzzone conoció a Pablo Suárez y a Nora Dobarro, y empezó a comprar obras de los artistas que salían de la "cantera de Gumier".

Gumier es Gumier Maier, quien estuvo al frente de la galería del Centro Cultural Rojas desde 1989 hasta 1996. Un personaje insoslayable de esa década. Su aporte en su rol de curador-descubridor de artistas que luego pasarían al circuito oficial es considerado fundamental.

Bruzzone nunca más paró. Ahora es juez y tiene la colección más completa que hay dedicada al arte argentino de los años 90 con foco en los "artistas del Rojas".

Su casa es un departamento en el centro con espacios "temáticos"; cada ambiente está dedicado a algún artista o período específico, como el "Gordin Room", dedicado a acomodar obra histórica de Sebastián Gordín. Su cuarto, por ejemplo, es un recorte del año 1995. "Quiero tener las obras de todo este grupo", explica.

Y no sólo eso. Acompaña cada espacio con un registro de la época, como el artículo de Jorge López Anaya donde bautiza a los artistas del Rojas con el calificativo de "arte light", que luego se usará para agruparlos. Un póster original de 1992 de la muestra Algunos artistas y el rincón dedicado al espacio Belleza y Felicidad, de Fernanda Laguna y Cecilia Pavón, con el cartel que colgaba en la vidriera y unas latas de galletitas intervenidas que Benito Laren quiso tirar y Bruzzone rescató.

"Siento que conservé un pedacito de la historia argentina -confiesa-. Nunca vendí un cuadro, los guardo; están en lo de mis amigos, en mi trabajo."

Amigo de los artistas, tiene algunas joyitas que algunos codician, como el tocadiscos Winco intervenido de Marcelo Pombo y una pintura del fotógrafo Marcos López que dice "Bienvenido a Carlos Paz", muy pedida por los cordobeses.

Esa misma cercanía es la que lo tuvo al frente de proyectos como Ramona, la revista que nació de una idea de Roberto Jacoby. "Quería oír la voz de los artistas", recuerda, en un momento en donde los que hablaban eran otros. Fue un lugar de debate sobre las prácticas del arte contemporáneo a partir del año 2000.

Hoy apoya el Centro de Investigaciones Artísticas (CIA), un "espacio de artistas y pensadores de todo el mundo, y en especial de América Latina" que organiza cursos y tiene un programa de visitas calificadas del exterior muy ambicioso para la escena local.

GUILLERMO GONZÁLEZ TABOADA: "EL ARTE ES PASIÓN PURA"

 
González Taboada prefiere las obras geométricas y de artistas pop.. Foto: Gentileza González Taboada



Lo que comenzó como el hobby de un publicista se convirtió en Art Democracy, un sitio online con más de 150.000 seguidores en Facebook

Una lámina de Vasarely en un libro de un amigo fue el primer vínculo del publicista Guillermo González Taboada con el mundo del arte, y es una marca que todavía persigue: los artistas de la abstracción geométrica, a los que añadió los representantes del pop de los años 60 en la Argentina.

Estas dos vertientes forman el ADN de su colección. Creaciones de García Uriburu, Martha Peluffo, Edgardo Giménez, De la Vega (de la época de Nueva York) junto con Mac Entyre, Brizzi, Polesello, Antonio Asís y un Robirosa abstracto de 1968 que cuelga en su oficina junto a los afiches del mítico local Fuera de Caja, de Marta Romero Brest, y de la muestra La Pompadour de García Uriburu en París en los años sesenta.

La geometría de artistas como Beto de Volder, Pablo Siquier, Lucio Dorr, Fabián Burgos y Mariano Ferrante son sus elecciones contemporáneas. A veces no se ciñe estrictamente a estas líneas; valora la obra de Daniel Santoro, que en su opinión encontró algo que contar, y la de Pirozzi de los años ochenta.

"Nunca compré asesorado -aclara-, compro lo que me genera un vínculo emocional. El arte es pasión pura; están los que lo sienten y los que no. Hay gente que no siente lo que tiene: ésa es obra para decoración."

El reto de González Taboada se llama Art Democracy: es un sitio online dedicado a la difusión del arte argentino que comenzó como algo que podía hacer en su tiempo libre y hoy tiene más de 150.000 seguidores en Facebook. La edición de libros es un primer paso del proyecto virtual para insertarse en el mundo real. Ya hay uno en carrera dedicado al período abstracto de Josefina Robirosa que escribió Rafael Cippolini y otro de Dolores Casares, por Rodrigo Alonso.

"Art Democracy tiene un proyecto a futuro -explica González Taboada-, tiene el espíritu de hacer trascender el arte argentino para que participe del mundo."

ALEXANDRA DE ROYERE: "UNA AVENTURA QUE NO TERMINA"

De Royere se hizo amiga de varios artistas de su generación.. Foto: Oliver Kornblihtt / AFV



Administradora de empresas de origen francés, considera fundamental el vínculo con los artistas, que, a su juicio, es más cercano en la Argentina que en su país

A la entrada de la casa de Alexandra de Royere no hay manera de pasar por alto una obra de Villar Rojas de la serie Lo que el fuego me trajo. La colección convive con la familia como si fuera un integrante más, y nada parece impostado.

"El primer acercamiento al arte fue a los 14 años, cuando mi padre me regaló un libro sobre Goya", explica De Royere, de origen francés y directora general de Tramando. Se dedicó a la administración de empresas y, en forma paralela, a los estudios sobre historia del arte.

"Compré la primera obra de arte contemporáneo en la Argentina, por el año 95; todavía no conocía bien la escena local -recuerda-. Conocí a Esteban Tedesco y decidimos tomar clases con Mercedes Casanegra, que me dejó reflexionando. Creo mucho en los encuentros cuando uno tiene una pasión."

De aquellos años destaca su amistad con Tedesco y con el galerista Alberto Sendrós. "Siempre quise articular la parte teórica con la sensible, aprender mucho, leer, escuchar... Sobre todo escuchar -agrega-. Con Santiago García Navarro y Victoria Noorthoorn tengo un diálogo muy cercano, son personas del ecosistema del arte que me han dado mucho y con los que intercambié ideas."

De Royere asegura que en la Argentina es posible una cercanía con los artistas que no se da en su país, y como no hay tantos libros ni documentación, conocer el taller y al artista es casi un paso necesario.

"Logré articular vínculos con artistas de mi generación, los que tienen entre 40 y 50 años, que se han convertido en mis amigos. Por ejemplo Ana Gallardo, Nicola Costantino y Gabriel Valansi. Después me enfoqué en la generación más joven: Eduardo Basualdo, Adrián Villar Rojas y Matías Duville. No me considero una coleccionista prolija, sino una activista del arte", aclara esta mujer que integra el Comité Internacional de arteBA, donde se concentra en abrir puertas a los artistas en el extranjero.

Su vínculo con la generación de artistas mas jóvenes se relaciona con su interés por "seguir intentando entender el pulso del mundo que viene. Es un desafío constante, que va mucho mas allá de tener una obra en casa."

Según ella, "el camino de una colección es una aventura que empieza y nunca termina; cambia sobre la marcha". Eso la llevó a deshacerse de algunas obras que no tenían más sentido en la ruta que estaba recorriendo.

"He decidido reenfocarme en los artistas locales y en la construcción de una colección a partir de eso. Entendí que ese vínculo era fundamental para mí. Los artistas son parte de los vínculos que he construido en la Argentina, es un universo que me ata al país."

Siempre les compra a los galeristas, explica, porque son una parte muy importante en la "cadena de valor", aunque ya no la asesora nadie porque, según ella, "no hay un camino sino varios posibles.

Continúa la burbuja del mercado de arte. Delirantes precios del arte Contemporáneo.



Una obra del enigmático Banksy se vendió en Londres a 213.000 dólares


Se trata de Monkey Detonator, que se vendió a 213.000 dólares en una subasta de arte urbano que celebró ayer la casa londinense Bonhams.




La obra, ejecutada con pintura de aerosol sobre una plantilla, fue la estrella de una subasta en la que también se remató, por 75.650 libras (116.000 dólares), Kids on Guns, un trabajo que refleja las inquietudes políticas del enigmático artista.

Ambas obras marcaron precios por encima de las estimaciones que había hecho la casa de subastas. En Monkey Detonator, Banksy presenta dos lienzos cuadrados de 76 centímetros que muestran una caja fuerte y un chimpancé activando el mecanismo de unos explosivos. Kids on Guns, una de las imágenes más reconocibles del artista callejero, presenta la silueta negra de dos niños unidos por un corazón rojo, de pie sobre una montaña formada por armas.

Además, se vendió una tercera obra de Banksy, Flower Chucker, por 44.450 libras (68.000 dólares). Este célebre trabajo, en el que aparece un manifestante preparándose para arrojar un ramo de flores, tenía un precio de salida de 15.000 libras (23.000 dólares).Banksy es el pseudónimo de este prolífico artista del street art británico. Se cree que nació en Yate, cerca de Bristol (Gran Bretaña) en 1974, pero los datos acerca de su identidad son inciertos y se desconocen detalles de su biografía. Banksy oculta su rostro e identidad real.Fuente: Infobae.com

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